HOY:
LUDWIG REVOLUTION
(O Kakumei, pues)
DECIDE METERSE CON LA OPERA
Y POR ESO:
PRESENTAMOS:
¡LA FLAUTA MAGICA! KAKUMEI VERSION.
Disclaimmer: Ludwig Kakumei le pertenece a Kaori Yuuki
Y La Flauta Magica le pertenece o pertenecía o ya no se a Wolgang Amadeus Mozart
¡PRIMER FIC DE LUDWIG REVOLUTION EN ESPAÑOL AQUÍ EN ESTA PAGINA!
¡TENGO MONOPOLIO!
(Casi nadie conoce Ludwig Revolution, pero bueno… algo es algo)
Primer Capitulo:
¿Un dragón? ¿Tres Brujas?
________________
___________________
-¡Adioooooos!- se despidió Dorothea, con una sonrisa, mientras se adentraba en el bosque.
Will y Lui se quedaron observándola irse, desde la carroza, con expresiones aburridas.
-Arg…- se quejó Ludwig -¿Por qué tenemos que detenernos a esperar a que vaya a su “Convención internacional de brujas”?-
Wilhelm suspiró. –Príncipe, Ella dijo que solo ocurría una cada 500 años, no podemos privarla de algo tan importante para ella.-
Pero no quería admitir que a él también le fastidiaba la idea. De cualquier forma, no quería terminar maldito por una bruja masoquista enojada.
Ludwig bufó con fastidio y observó a su alrededor.
Era un magnifico claro, sin arboles, a la entrada de un gran bosque. El clima era hermoso, pero Ludwig se sentía igual de fastidiado que si estuviera lloviendo, nevando y tronando al mismo tiempo.
Estúpida Dorothea y sus estúpidas convenciones frikis de estúpidas brujas igual de frikis que ella. Salió de la carroza, dispuesto a estirar un poco las piernas, pues su excepcional belleza podría deteriorarse si estaba mucho tiempo sin hacer nada (Ese fue comentario suyo, claro).
Fuera del carruaje, Wilhelm ordenaba valientemente las maletas del príncipe, pues Dorothea, al partir, había sacado una maleta de hasta el fondo, tirando en el proceso todas las demás. Pobre Will.
Ludwig se encamino a la entrada del bosque, sin que Wilhelm se diera cuenta.
Un laaaargo rato después, luego de (¡Por fin!) haber terminado de ordenar y guardar cada maleta, Will se preguntó por qué el príncipe estaba tan callado.
Cual no fue su sorpresa al darse cuenta de que el futuro soberano estaba… si, pero ausente.
-¡¡LUI-SAMA!!- gritó, con pánico.
¡Rayos! Rayos… ¡El príncipe! ¿¿Dónde rayos estaba?? ¿¿Lo habían secuestrado acaso?? ¿¿Lo había abandonado por “inútil”?? ¿¿LO ABDUCIERON LOS EXTRATERRESTRES??
No tuvo que esperar mucho. Pues unos minutos después, oyó pasos acercándose, pasos rápidos, como de huida. Y ahí fue cuando el sirviente abrió los ojos como platos al ver surgir del bosque a Ludwig… siendo perseguido por un...
-¿¡UN DRAGON!?- exclamo Will, aterrado.
Echo a correr junto con Lui, en círculos, sin darse cuenta.
El dragón, por su parte, estaba muy divertido de perseguir a dos idiotas en círculo.
Esa cosa era… un ENORME reptil con cuernos, escamas punzantes, y encima, lanzaba pequeñas llamaradas de fuego.
Sirviente y Amo se refugiaron tras una enorme roca en un momento de distracción del dragón. Se quedaron en silencio, asustados. Los rugidos de la bestia se oían cada vez mas cerca.
-Estúpido Wilhelm, todo es tu culpa…- gruñó Ludwig.
-Pero… pero Lui-sama…- musitó Will, sin saber que responder a eso. No podía contradecirlo pero…
Mientras tanto… Una escena mucho mas tranquila.
-¡¿Qué?! ¡¿59 chelines por ésta porquería?!- exclamó la chica, indignada.
El vendedor la observó sin mucho interés –Si no la quiere, no la compre.-
Lisette gruñó interiormente mientras sacaba de su bolsillo las monedas.
“Grrr… todo sea por matar a Ludwig. 59 chelines… y mis ahorros no superan los cien, menos lo que me costaron las dos pistolas y sus municiones...ayy”
-Quítele dinero a su abuela…- murmuró para si misma, como dirigiéndose al tipo.
-¿Disculpe?-
-¡Nada!- le dio los chelines, tomó el arma y la observó con desconfianza. Se volteó hacia el vendedor -¿Está cargada?-
-¡Por supuesto que no!- exclamó el vendedor. –Pero…- sacó una bolsa llena de municiones. – Se lo dejo en 10 chelines.-
Lisette lo miró con odio. –Eres un pu%% ladrón.-
El vendedor se rió cruelmente mientras la chica le pagaba.
Lisette se fue, con el arma sobre el hombro, y maldiciones saliendo de sus labios. Ante su figura, todos los presentes en la tienda se hicieron a un lado.
Ya tenía su fama.
Salió, y dio un portazo, furiosa. En el camino al bosque próximo, a donde había visto dirigirse su presa, iba pensando varias cosas:
“Pu%% Ma%% de tipo, ahora ya no me queda dinero. Gaaah… y con el hambre que tengo… maldita sea.
Regresando al príncipe y su sirviente…
-¿Qué haremos ahora?- preguntó Will, desesperado, como si el príncipe tuviera alguna idea en mente. Ja, Ja, Ja…
-En primer lugar cerrar la boca y quedarnos en silencio a ver si esa cosa se larga.-
Ambos tragaron saliva (el príncipe con mas disimulo).
Oyeron claramente que la criatura seguía afuera, caminando maniacamente, buscándolos, olfateando el aire. Pronto, cerca de donde estaban comenzó a sentirse el calor del fuego provocado por la bestia. Will se estremeció.
Y entonces, un milagro.
-¡Fluffy!- exclamaron tres voces femeninas cercanas al dragón.
“¿?” pensaron al mismo tiempo príncipe y sirviente. Todos los rugidos cesaron bruscamente.
Salieron de su escondite, y lo que vieron los dejo sorprendidos.
Tres muchachas muy bonitas regañaban al enorme dragón, que parecía un pobre perrito regañado frente a ellas.
Estaban vestidas de forma idéntica, con hermosos vestidos negros, con encajes blancos y escotes… interesantes (para Ludwig). Las tres llevaban parasoles color negro y rojo.
La Primera de ellas tenía el pelo plateado y rizado, y ojos grises.
La segunda era rubia, de pelo lacio y largo, y ojos dorados.
La tercera era de pelo corto y morado, y ojos del mismo color que su pelo. Dioses, nada más obvio.
“Deben ser unas brujas, sólo ellas son tan poderosas como para tener de mascota un dragón” pensó Wilhelm, impresionado.
“Mmmh… no me molestaría estar encerrado con esas tres bellezas por un rato” pensó Ludwig.
Entonces, una de las tres se dio cuenta de su presencia. Y lo primero que hizo, luego de ver a Will, fue gritar histéricamente –¡¡¡OMG hermanas miren que cute joven esta ahí!!!-
Al ver que no se referían a él, Ludwig se quedó con cara de “¿Y Yo qué? ¿Soy un cero a la izquierda? ”
Las otras dos chicas de inmediato voltearon hacia Wilhelm, que las miró con cara de “¿Eh? ¿Yo?”… y echaron a correr en su dirección gritando como un montón de fangirls locas, dejando atrás sus parasoles. Las tres.
Ni Will ni Lui tuvieron tiempo de reaccionar.
Antes de que hubiesen pasado cinco segundos, Las tres locas habían tirado en el piso a Will y estaban besándolo, abrazándolo y acariciándole la cabeza mientras el pobre sirviente intentaba zafarse.
Lui se quedo consternado y enojado. ¿¿¿Como podía su estúpido sirviente haber llamado la atención de tales chicas tan candentes y él no??? Ya se las pagaría después. Y muy cara.
Mientras, Will, asustado, trataba de huir de las tres promiscuas chicas que tenia encima, sin lograrlo.
-¡Señoritas! ¡Yo… suéltenme, por favor!-
-¡Kyaaaaaaaaaaaaaa eres tan cuuuuuuute!- exclamaron las tres a coro, sin soltarlo.
Mientras tanto…
A Lisette la recorrió un escalofrío repentino.
-Hhhuuuy… ¿Y ahora?-
Se volteo a todas partes, preguntándose la razón. Como no encontró ninguna razón, la asesina se encogió de hombros y siguió caminando despreocupadamente.
-Estúpido Will…- musitó.
¿Por qué? Era como un reflejo, cada vez que se acordaba del sirviente.
Como ven, eso de culpar a Will hasta de que llovio hace una semana no solo era costumbre de Ludwig.
Regresando con el pobre Will…
-¡Suéltenme! ¡Por favor, señoritas!…-
Ludwig se aproximó con las manos en alto. – ¡Seeeeñoritas!-
Todas se detuvieron y voltearon hacia el príncipe. – ¿Eh?-
-Su atención por favor; ¡No pueden hacer esto! ¡Éste hombre está casado!-
Will y las tres se quedaron con cara de “What?” (Sobretodo Will).
-¡¿Qué?! ¡Pero Lui-sama! Yo no…-
-Cállate Wilhelm.-
-Pe.. pero…- comenzó a protestar el sirviente.
-¡¿CASADO?! ¡¿CON QUIEN?!- exclamaron las tres brujas a coro.
-Con una rubiecita cuyo nombre no voy a mencionar…-
Al mismo tiempo…
Lisette: ¡Aaaaaaaaaaaaaachu! Ay… como que me quiere dar gripe…-
Regresando con Lui…
-…Que se viste de rojo, tiene un pésimo carácter y siempre carga con un montón de armas porque es asesina profesional.-
-¡¿QUÉ?!- exclamó Will, que inmediatamente supo a quien se refería el príncipe.
Las tres chicas se quedaron en silencio un momento.
-¡¿ENSERIO?!- exclamó una de las tres, la de pelo morado.
-Si, enserio.- respondió Lui.
-No! claro que n…-
Wilhelm no pudo terminar su frase.
-¡Miserable!-
-¿Yo? Pero…-
Las tres brujas de pronto se pusieron muy enojadas con el pobre sirviente.
-¡Te hiciste el muy solterón solo para llamar nuestra atención!- reclamó la rubia.
-¡Que traicionero!- protestó la de pelo plateado.
-¡MENTIROSO!- gritó la de pelo morado.
-Pe… pero yo no…-
Antes de que pudiera terminar su frase, las tres chicas se miraron entre si, y llegaron al mismo tiempo a una misma conclusión.
Apuntaron a Wilhelm con un dedo, y pronunciaron al mismo tiempo:
-Tifus Mifus, Boca amarrada
Mifus Tifus, Boca bien cerrada-
-Wo… eso sonó INCREIBLEMENTE ESTUPIDO.- menciono Lui, que había aprovechado para sentarse en una maleta que estaba en el suelo.
(Aplausos)
-Tal vez- dijo la rubia -pero…- y señaló a Wilhelm.
Y entonces Will trató de hablar pero… no le respondían las cuerdas vocales. De su boca no salía ningún sonido.
Al pobre sirviente le agarró el pánico y comenzó a correr sujetándose la garganta.
-Oooooooooooh…- musitó, impresionado, Ludwig, mientras veía correr en círculos a su sirviente.
Las tres brujas se sonrieron entre si y se rieron al mismo tiempo, felices de la vida.
Entonces, una de ellas de pronto se puso mas seria. La de pelo morado. Sacó de su bolsillo una carta, y se acercó a Lui.
-Demo… Ludwig-sama, ya que usted es un príncipe…-
Las otras dos dejaron de reírse a carcajadas y la siguieron. Mientras tanto, Will estaba tratando de hacer que le respondiera la voz, sin resultado. Por lo tanto, siguió a las brujas para sentarse al lado de su futuro rey.
“Esos dos se verían bien en un fic yaoi” pensaron las tres tipas. Y no, este no es el caso.
-…Como decía, como usted es un príncipe…- siguió la de pelo morado, dirigiéndose a Ludwig e ignorando por completo al sirviente.
-¡Estábamos buscando desesperadamente uno!- Lloriqueó la rubia.
-¿Podría ayudarnos?- preguntó la pelimorada.
El príncipe le arrebató bruscamente a la bruja la carta que le tendía.
-Es un mensaje de nuestra reina.- aclaró la peli plateada.
-Mmmh…- comenzó a leer la carta. “Querido príncipe, necesito su ayuda para un asunto de vital importancia ya que a mi hija… blablablabla” Y abajo una foto de la princesa…
Ludwig la observo con detenimiento unos segundos y tomó una decisión rápida.
-¡WILHELM!- exclamó el príncipe, levantándose inmediatamente de su asiento, y dirigiéndose a la carroza. – ¡Eeeeeempacamos, vamos a donde nos indiquen las señoritas! ¡Ahora mismo! ¡Señoritas! ¡Indíquennos la dirección para encontrar a vuestra reina!-
Las tres asintieron y fueron hacia el dragón, que ya se había quedado dormido de tanto esperar a volver a aparecer en el fic.
Will hizo unos gestos de “¿¿¿QUÉ??? POR Q:….” Pero vio la foto en el piso, y comprendió todo a la perfección.
Era una joven muy bonita, de delicadas facciones, adornada con lindas joyas etc etc… Y con unos pechos… pues… ENORMES.
Will suspiró, recogió a toda velocidad la maleta y la foto y la carta y otro buen de cosas que al príncipe se le había ocurrido tirar, y subió con él a la carroza.
El cochero (de que nadie se acuerda, pero existe), hizo andar a los caballos, siguiendo a las tres brujas, que ni tardas ni perezosas subieron al dragón para indicarles el camino hacia donde estaba su reina.
Will observaba aburrido el paisaje, preguntándose ESTA VEZ QUE RAYOS LE SUCEDERIA DE MALO…
Cuando recordó una cosa de… no tan vital importancia, pero aun así era importante.
Comenzó a hacerle signos al príncipe.
-¿Que soy guapísimo? Gracias, Will, pero a la próxima dime algo que no sepa.-
Wilhelm se golpeó la frente con una mano. Intentó de nuevo hacerle entender al príncipe que se les olvidaba alguien, y señalo a las tres chicas allá afuera para que entendiera lo de “BRUJA”.
-¿Que esas bellezas están preciosas? Si… lastima que sean tan ciegas.-
Will se desesperó y sin desistir siguió indicándole mil cosas con las manos, viendo desesperadamente como la carroza se alejaba peligrosamente del claro.
-Mmmh… a ver… Que tú y esas tres son un buen cuarteto.-
Will negó con la cabeza.
-Mmmh… que te quieres echar al plato a Lisette.-
Will negó más airadamente con la cabeza, un poco sonrojado, y siguió intentando decirle algo al príncipe.
-¡Ots!- se fastidio éste –¡Ya me harté! Tus signos son confusos. Si se te alborotan las hormonas cuando ves a Lisette, tu problema, yo a tu lenguaje de mudos no le entiendo.-
Wilhelm volvió a golpearse la frente con una mano. Chaaaale… ¿Cómo decirle?
Entonces, a sus pies vio algo que podría servirle.
Recogió del piso una cadena de picos (propiedad de Dorothea), y la señaló insistentemente.
Ludwig suspiró fastidiado.
-¿Qué? ¿Eres sadomasoquista? Bien por ti, pero ¿A mi qué? Cada quien su vida-
Will negó con la cabeza, y volvió a tratar de hacer signos que su señor pudiera entender.
-¿Ah? Lo siento, Will, no soy gay. De cualquier forma, jamás me interesaría en ti.-
Pobre Wilhelm. Finalmente desistió, se cruzó de brazos y observo el paisaje rezando porque Dorothea los encontrara pronto, y no se perdiera ni le pasara nada malo.
Mientras tanto…
-¡MALDITA SEA! ¡MALDITA SEA LOS MALDIGO DOBLEMENTE Y TRIPLEMENTE Y…-
Les ahorro el resto de insultos que profirió Lisette al ver a la carroza alejándose. Los tendría que seguir aun más tiempo. Más caminata. Y con el estómago vacío.
Se quedó maldiciendo a los gritos (pero sin dejar de seguirlos, conste), hasta que se le cansó la voz y prefirió seguir maldiciendo… en voz baja.
-Rayos… maldita sea…estúpidos idiotas hijos de su…-
Y entonces, una escoba voladora que seguro merecería una multa por exceso de velocidad pasó casi atropellando a Lisette, mientras la siniestra individua que pilotaba esa cosa gritaba un “¡!”
Ya se imaginaran el teatrito de insultos y maldiciones proferidas por Lisette. Casi del mismo estilo que las de los conductores cuando otro conductor hace algo demasiado imprudente.
Fin Del Primer Capitulo
Atte: Lallen, la monopolista
Pd: I LOVE LUDWIG REVOLUTION
¿Por qué casi nadie conoce ese manga?
LUDWIG REVOLUTION
(O Kakumei, pues)
DECIDE METERSE CON LA OPERA
Y POR ESO:
PRESENTAMOS:
¡LA FLAUTA MAGICA! KAKUMEI VERSION.
Disclaimmer: Ludwig Kakumei le pertenece a Kaori Yuuki
Y La Flauta Magica le pertenece o pertenecía o ya no se a Wolgang Amadeus Mozart
¡PRIMER FIC DE LUDWIG REVOLUTION EN ESPAÑOL AQUÍ EN ESTA PAGINA!
¡TENGO MONOPOLIO!
(Casi nadie conoce Ludwig Revolution, pero bueno… algo es algo)
Primer Capitulo:
¿Un dragón? ¿Tres Brujas?
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___________________
-¡Adioooooos!- se despidió Dorothea, con una sonrisa, mientras se adentraba en el bosque.
Will y Lui se quedaron observándola irse, desde la carroza, con expresiones aburridas.
-Arg…- se quejó Ludwig -¿Por qué tenemos que detenernos a esperar a que vaya a su “Convención internacional de brujas”?-
Wilhelm suspiró. –Príncipe, Ella dijo que solo ocurría una cada 500 años, no podemos privarla de algo tan importante para ella.-
Pero no quería admitir que a él también le fastidiaba la idea. De cualquier forma, no quería terminar maldito por una bruja masoquista enojada.
Ludwig bufó con fastidio y observó a su alrededor.
Era un magnifico claro, sin arboles, a la entrada de un gran bosque. El clima era hermoso, pero Ludwig se sentía igual de fastidiado que si estuviera lloviendo, nevando y tronando al mismo tiempo.
Estúpida Dorothea y sus estúpidas convenciones frikis de estúpidas brujas igual de frikis que ella. Salió de la carroza, dispuesto a estirar un poco las piernas, pues su excepcional belleza podría deteriorarse si estaba mucho tiempo sin hacer nada (Ese fue comentario suyo, claro).
Fuera del carruaje, Wilhelm ordenaba valientemente las maletas del príncipe, pues Dorothea, al partir, había sacado una maleta de hasta el fondo, tirando en el proceso todas las demás. Pobre Will.
Ludwig se encamino a la entrada del bosque, sin que Wilhelm se diera cuenta.
Un laaaargo rato después, luego de (¡Por fin!) haber terminado de ordenar y guardar cada maleta, Will se preguntó por qué el príncipe estaba tan callado.
Cual no fue su sorpresa al darse cuenta de que el futuro soberano estaba… si, pero ausente.
-¡¡LUI-SAMA!!- gritó, con pánico.
¡Rayos! Rayos… ¡El príncipe! ¿¿Dónde rayos estaba?? ¿¿Lo habían secuestrado acaso?? ¿¿Lo había abandonado por “inútil”?? ¿¿LO ABDUCIERON LOS EXTRATERRESTRES??
No tuvo que esperar mucho. Pues unos minutos después, oyó pasos acercándose, pasos rápidos, como de huida. Y ahí fue cuando el sirviente abrió los ojos como platos al ver surgir del bosque a Ludwig… siendo perseguido por un...
-¿¡UN DRAGON!?- exclamo Will, aterrado.
Echo a correr junto con Lui, en círculos, sin darse cuenta.
El dragón, por su parte, estaba muy divertido de perseguir a dos idiotas en círculo.
Esa cosa era… un ENORME reptil con cuernos, escamas punzantes, y encima, lanzaba pequeñas llamaradas de fuego.
Sirviente y Amo se refugiaron tras una enorme roca en un momento de distracción del dragón. Se quedaron en silencio, asustados. Los rugidos de la bestia se oían cada vez mas cerca.
-Estúpido Wilhelm, todo es tu culpa…- gruñó Ludwig.
-Pero… pero Lui-sama…- musitó Will, sin saber que responder a eso. No podía contradecirlo pero…
Mientras tanto… Una escena mucho mas tranquila.
-¡¿Qué?! ¡¿59 chelines por ésta porquería?!- exclamó la chica, indignada.
El vendedor la observó sin mucho interés –Si no la quiere, no la compre.-
Lisette gruñó interiormente mientras sacaba de su bolsillo las monedas.
“Grrr… todo sea por matar a Ludwig. 59 chelines… y mis ahorros no superan los cien, menos lo que me costaron las dos pistolas y sus municiones...ayy”
-Quítele dinero a su abuela…- murmuró para si misma, como dirigiéndose al tipo.
-¿Disculpe?-
-¡Nada!- le dio los chelines, tomó el arma y la observó con desconfianza. Se volteó hacia el vendedor -¿Está cargada?-
-¡Por supuesto que no!- exclamó el vendedor. –Pero…- sacó una bolsa llena de municiones. – Se lo dejo en 10 chelines.-
Lisette lo miró con odio. –Eres un pu%% ladrón.-
El vendedor se rió cruelmente mientras la chica le pagaba.
Lisette se fue, con el arma sobre el hombro, y maldiciones saliendo de sus labios. Ante su figura, todos los presentes en la tienda se hicieron a un lado.
Ya tenía su fama.
Salió, y dio un portazo, furiosa. En el camino al bosque próximo, a donde había visto dirigirse su presa, iba pensando varias cosas:
“Pu%% Ma%% de tipo, ahora ya no me queda dinero. Gaaah… y con el hambre que tengo… maldita sea.
Regresando al príncipe y su sirviente…
-¿Qué haremos ahora?- preguntó Will, desesperado, como si el príncipe tuviera alguna idea en mente. Ja, Ja, Ja…
-En primer lugar cerrar la boca y quedarnos en silencio a ver si esa cosa se larga.-
Ambos tragaron saliva (el príncipe con mas disimulo).
Oyeron claramente que la criatura seguía afuera, caminando maniacamente, buscándolos, olfateando el aire. Pronto, cerca de donde estaban comenzó a sentirse el calor del fuego provocado por la bestia. Will se estremeció.
Y entonces, un milagro.
-¡Fluffy!- exclamaron tres voces femeninas cercanas al dragón.
“¿?” pensaron al mismo tiempo príncipe y sirviente. Todos los rugidos cesaron bruscamente.
Salieron de su escondite, y lo que vieron los dejo sorprendidos.
Tres muchachas muy bonitas regañaban al enorme dragón, que parecía un pobre perrito regañado frente a ellas.
Estaban vestidas de forma idéntica, con hermosos vestidos negros, con encajes blancos y escotes… interesantes (para Ludwig). Las tres llevaban parasoles color negro y rojo.
La Primera de ellas tenía el pelo plateado y rizado, y ojos grises.
La segunda era rubia, de pelo lacio y largo, y ojos dorados.
La tercera era de pelo corto y morado, y ojos del mismo color que su pelo. Dioses, nada más obvio.
“Deben ser unas brujas, sólo ellas son tan poderosas como para tener de mascota un dragón” pensó Wilhelm, impresionado.
“Mmmh… no me molestaría estar encerrado con esas tres bellezas por un rato” pensó Ludwig.
Entonces, una de las tres se dio cuenta de su presencia. Y lo primero que hizo, luego de ver a Will, fue gritar histéricamente –¡¡¡OMG hermanas miren que cute joven esta ahí!!!-
Al ver que no se referían a él, Ludwig se quedó con cara de “¿Y Yo qué? ¿Soy un cero a la izquierda? ”
Las otras dos chicas de inmediato voltearon hacia Wilhelm, que las miró con cara de “¿Eh? ¿Yo?”… y echaron a correr en su dirección gritando como un montón de fangirls locas, dejando atrás sus parasoles. Las tres.
Ni Will ni Lui tuvieron tiempo de reaccionar.
Antes de que hubiesen pasado cinco segundos, Las tres locas habían tirado en el piso a Will y estaban besándolo, abrazándolo y acariciándole la cabeza mientras el pobre sirviente intentaba zafarse.
Lui se quedo consternado y enojado. ¿¿¿Como podía su estúpido sirviente haber llamado la atención de tales chicas tan candentes y él no??? Ya se las pagaría después. Y muy cara.
Mientras, Will, asustado, trataba de huir de las tres promiscuas chicas que tenia encima, sin lograrlo.
-¡Señoritas! ¡Yo… suéltenme, por favor!-
-¡Kyaaaaaaaaaaaaaa eres tan cuuuuuuute!- exclamaron las tres a coro, sin soltarlo.
Mientras tanto…
A Lisette la recorrió un escalofrío repentino.
-Hhhuuuy… ¿Y ahora?-
Se volteo a todas partes, preguntándose la razón. Como no encontró ninguna razón, la asesina se encogió de hombros y siguió caminando despreocupadamente.
-Estúpido Will…- musitó.
¿Por qué? Era como un reflejo, cada vez que se acordaba del sirviente.
Como ven, eso de culpar a Will hasta de que llovio hace una semana no solo era costumbre de Ludwig.
Regresando con el pobre Will…
-¡Suéltenme! ¡Por favor, señoritas!…-
Ludwig se aproximó con las manos en alto. – ¡Seeeeñoritas!-
Todas se detuvieron y voltearon hacia el príncipe. – ¿Eh?-
-Su atención por favor; ¡No pueden hacer esto! ¡Éste hombre está casado!-
Will y las tres se quedaron con cara de “What?” (Sobretodo Will).
-¡¿Qué?! ¡Pero Lui-sama! Yo no…-
-Cállate Wilhelm.-
-Pe.. pero…- comenzó a protestar el sirviente.
-¡¿CASADO?! ¡¿CON QUIEN?!- exclamaron las tres brujas a coro.
-Con una rubiecita cuyo nombre no voy a mencionar…-
Al mismo tiempo…
Lisette: ¡Aaaaaaaaaaaaaachu! Ay… como que me quiere dar gripe…-
Regresando con Lui…
-…Que se viste de rojo, tiene un pésimo carácter y siempre carga con un montón de armas porque es asesina profesional.-
-¡¿QUÉ?!- exclamó Will, que inmediatamente supo a quien se refería el príncipe.
Las tres chicas se quedaron en silencio un momento.
-¡¿ENSERIO?!- exclamó una de las tres, la de pelo morado.
-Si, enserio.- respondió Lui.
-No! claro que n…-
Wilhelm no pudo terminar su frase.
-¡Miserable!-
-¿Yo? Pero…-
Las tres brujas de pronto se pusieron muy enojadas con el pobre sirviente.
-¡Te hiciste el muy solterón solo para llamar nuestra atención!- reclamó la rubia.
-¡Que traicionero!- protestó la de pelo plateado.
-¡MENTIROSO!- gritó la de pelo morado.
-Pe… pero yo no…-
Antes de que pudiera terminar su frase, las tres chicas se miraron entre si, y llegaron al mismo tiempo a una misma conclusión.
Apuntaron a Wilhelm con un dedo, y pronunciaron al mismo tiempo:
-Tifus Mifus, Boca amarrada
Mifus Tifus, Boca bien cerrada-
-Wo… eso sonó INCREIBLEMENTE ESTUPIDO.- menciono Lui, que había aprovechado para sentarse en una maleta que estaba en el suelo.
(Aplausos)
-Tal vez- dijo la rubia -pero…- y señaló a Wilhelm.
Y entonces Will trató de hablar pero… no le respondían las cuerdas vocales. De su boca no salía ningún sonido.
Al pobre sirviente le agarró el pánico y comenzó a correr sujetándose la garganta.
-Oooooooooooh…- musitó, impresionado, Ludwig, mientras veía correr en círculos a su sirviente.
Las tres brujas se sonrieron entre si y se rieron al mismo tiempo, felices de la vida.
Entonces, una de ellas de pronto se puso mas seria. La de pelo morado. Sacó de su bolsillo una carta, y se acercó a Lui.
-Demo… Ludwig-sama, ya que usted es un príncipe…-
Las otras dos dejaron de reírse a carcajadas y la siguieron. Mientras tanto, Will estaba tratando de hacer que le respondiera la voz, sin resultado. Por lo tanto, siguió a las brujas para sentarse al lado de su futuro rey.
“Esos dos se verían bien en un fic yaoi” pensaron las tres tipas. Y no, este no es el caso.
-…Como decía, como usted es un príncipe…- siguió la de pelo morado, dirigiéndose a Ludwig e ignorando por completo al sirviente.
-¡Estábamos buscando desesperadamente uno!- Lloriqueó la rubia.
-¿Podría ayudarnos?- preguntó la pelimorada.
El príncipe le arrebató bruscamente a la bruja la carta que le tendía.
-Es un mensaje de nuestra reina.- aclaró la peli plateada.
-Mmmh…- comenzó a leer la carta. “Querido príncipe, necesito su ayuda para un asunto de vital importancia ya que a mi hija… blablablabla” Y abajo una foto de la princesa…
Ludwig la observo con detenimiento unos segundos y tomó una decisión rápida.
-¡WILHELM!- exclamó el príncipe, levantándose inmediatamente de su asiento, y dirigiéndose a la carroza. – ¡Eeeeeempacamos, vamos a donde nos indiquen las señoritas! ¡Ahora mismo! ¡Señoritas! ¡Indíquennos la dirección para encontrar a vuestra reina!-
Las tres asintieron y fueron hacia el dragón, que ya se había quedado dormido de tanto esperar a volver a aparecer en el fic.
Will hizo unos gestos de “¿¿¿QUÉ??? POR Q:….” Pero vio la foto en el piso, y comprendió todo a la perfección.
Era una joven muy bonita, de delicadas facciones, adornada con lindas joyas etc etc… Y con unos pechos… pues… ENORMES.
Will suspiró, recogió a toda velocidad la maleta y la foto y la carta y otro buen de cosas que al príncipe se le había ocurrido tirar, y subió con él a la carroza.
El cochero (de que nadie se acuerda, pero existe), hizo andar a los caballos, siguiendo a las tres brujas, que ni tardas ni perezosas subieron al dragón para indicarles el camino hacia donde estaba su reina.
Will observaba aburrido el paisaje, preguntándose ESTA VEZ QUE RAYOS LE SUCEDERIA DE MALO…
Cuando recordó una cosa de… no tan vital importancia, pero aun así era importante.
Comenzó a hacerle signos al príncipe.
-¿Que soy guapísimo? Gracias, Will, pero a la próxima dime algo que no sepa.-
Wilhelm se golpeó la frente con una mano. Intentó de nuevo hacerle entender al príncipe que se les olvidaba alguien, y señalo a las tres chicas allá afuera para que entendiera lo de “BRUJA”.
-¿Que esas bellezas están preciosas? Si… lastima que sean tan ciegas.-
Will se desesperó y sin desistir siguió indicándole mil cosas con las manos, viendo desesperadamente como la carroza se alejaba peligrosamente del claro.
-Mmmh… a ver… Que tú y esas tres son un buen cuarteto.-
Will negó con la cabeza.
-Mmmh… que te quieres echar al plato a Lisette.-
Will negó más airadamente con la cabeza, un poco sonrojado, y siguió intentando decirle algo al príncipe.
-¡Ots!- se fastidio éste –¡Ya me harté! Tus signos son confusos. Si se te alborotan las hormonas cuando ves a Lisette, tu problema, yo a tu lenguaje de mudos no le entiendo.-
Wilhelm volvió a golpearse la frente con una mano. Chaaaale… ¿Cómo decirle?
Entonces, a sus pies vio algo que podría servirle.
Recogió del piso una cadena de picos (propiedad de Dorothea), y la señaló insistentemente.
Ludwig suspiró fastidiado.
-¿Qué? ¿Eres sadomasoquista? Bien por ti, pero ¿A mi qué? Cada quien su vida-
Will negó con la cabeza, y volvió a tratar de hacer signos que su señor pudiera entender.
-¿Ah? Lo siento, Will, no soy gay. De cualquier forma, jamás me interesaría en ti.-
Pobre Wilhelm. Finalmente desistió, se cruzó de brazos y observo el paisaje rezando porque Dorothea los encontrara pronto, y no se perdiera ni le pasara nada malo.
Mientras tanto…
-¡MALDITA SEA! ¡MALDITA SEA LOS MALDIGO DOBLEMENTE Y TRIPLEMENTE Y…-
Les ahorro el resto de insultos que profirió Lisette al ver a la carroza alejándose. Los tendría que seguir aun más tiempo. Más caminata. Y con el estómago vacío.
Se quedó maldiciendo a los gritos (pero sin dejar de seguirlos, conste), hasta que se le cansó la voz y prefirió seguir maldiciendo… en voz baja.
-Rayos… maldita sea…estúpidos idiotas hijos de su…-
Y entonces, una escoba voladora que seguro merecería una multa por exceso de velocidad pasó casi atropellando a Lisette, mientras la siniestra individua que pilotaba esa cosa gritaba un “¡!”
Ya se imaginaran el teatrito de insultos y maldiciones proferidas por Lisette. Casi del mismo estilo que las de los conductores cuando otro conductor hace algo demasiado imprudente.
Fin Del Primer Capitulo
Atte: Lallen, la monopolista
Pd: I LOVE LUDWIG REVOLUTION
¿Por qué casi nadie conoce ese manga?