capitulo 1
La familia soñada
Laura despertó como cada mañana, con apenas 11 años ya había pasado por mas de lo que cualquier chica de su edad, antes de abrir los ojos algo la hizo volver a tras y recordar su vida segundos antes de llegar a lo que seria su nuevo hogar.
-Laura tus nuevos padres ya están aquí apresúrate, yo me encargo de llevar tu equipaje – la directora le sonreía con su rostro emocionado y triste a la vez, como cada vez que adoptaban a uno de sus chicos, los quería a todos como propios.
Suspirando para dejar aquellos recuerdos a tras, si su querida directora supiera la vida que le habían dado sus padres, cuando un grito finalmente la hizo salir de su ensimismamiento.
-Laura Zabini sube en este instante quiero mi desayuno.
-Voy de inmediato hermana,- subía rápidamente las escaleras como cada mañana, su hermana era adorablemente odiosa.
-¿Qué pretendes llamándome así?, si papá o mamá se enteran te azotaran por insolente, yo no tengo una hermana sangre sucia que te quede claro.
- Lo siento señorita-,la discusión de cada mañana, desde que había llegado, la pequeña Pansy había armado un escándalo de proporciones cuando el señor Zabini y la señora Pansy le habían dicho que ella seria quien se encargaría de cuidarla, le parecía aun estar escuchando los gritos de su nueva hermana y a sus padres tratando de calmarla.
-¿Qué? porque una sangre sucia ¿Por qué me castigan así?
- Hija cálmate, además, aun no sabemos si es sangre sucia o no.
-Estaba en un orfanato muggle, ningún brujo respetable, dejaría abandonada allí a su hija.
Blaise comenzaba a molestarse con la actitud de su hija.
-Escucha Pansy Zabini, si imaginas que adoptare a una sangre pura, respetable, para que haga de criada en esta casa, significa que aun no conoces bien a tu padre, y que comienzas a pensar como una traidora de la sangre a la que da igual que un sangre pura este en el puesto de una sangre sucia.
La madre de Pansy se había quedado sorprendida por las palabras de su esposo, decirle a su hija, que se comportaba como una sangre sucia, una traidora.
-Bien, acepto que se quede, pero que no se le ocurra llamarme hermana para ella yo soy la que manda.
Era agotador cumplir cada uno de los caprichos de su hermana, además si no hacia lo que ella deseaba el castigo solía ser bastante desagradable, en ese momento su madrastra hacia su aparición en la cocina.
-¿Qué estás mirando, mocosa?, ¿porque no esta mi desayuno en la mesa?- tomándola del brazo asegurándose de dañarla, y dejarle marcados sus dedos.
- Lo siento señora, estoy casi terminándolo.
Pansy la suelta limpiándose las manos
-Escúchame bien, con mi marido lo hemos hablado mucho y hemos decidido que podrás ir a la escuela este año- al ver la cara de ilusión que ponía su hija adoptiva, –pero al primer error, te iré a buscar y te sacare de allí, y si vas es para ayudar a nuestra hija deberás obedecerla en todo.
Era la primera vez desde que había llegado a ese lugar que se sentía tan feliz.
-No la decepcionaré señora, me comportare- sirviéndole el desayuno.
-Madre porque me tratan así, mis amigos se enteraran que esta cosa es mi hermana, por favor mírala, además ellos la han visto durante las vacaciones, vestida así como el elfo que es, seré el hazmerreír de Slytherin.
El señor Zabini había entrado al comedor y se había sentado en su lugar.
-No lo serás, ella te ayudara ira como una alumna pero ella se encargara de obedecerte, asique dependerá de ti que no te ridiculicé, debes aprender a mandar y creo que es la mejor forma.
-Esta bien papá.
Al fin se alejaría de esa casa, estaría a salvo, no más golpes, no más gritos, no más órdenes.
Un fuerte grito la sacó de sus pensamientos.
-Pero niña tonta, mira lo que haces, me estas quemando.
Laura no se había dado cuenta que ya había llenado la tasa con agua y esta comenzaba a derramarse.
-Lo siento- comenzando a secar.
Pero antes de darse cuenta el señor Zabini la había tomado y la había llevado al sótano de la casa.
-De verdad no fue mi intención señor.
- Ya cállate niña, haber cuando aprendes a hacer las cosas bien.
La había amarrado contra la pared y había dejado a descubierto su espalda dejando a la vista una serie de moretones y cicatrices, Laura comenzaba a gritar tras sentir como el látigo tomaba contacto con su piel una vez más.
Las lágrimas marcaban su pálido rostro mientras la sangre comenzaba a recorrer su espalda.
-No saldrás de aquí hasta el día en que debas partir al colegio, pensare si te dejo comer algo, así aprenderás a no quemar a la gente que te da un techo y con que sobrevivir.
Ya la había desatado, se había quedado sentada en el suelo frío de piedra mientras él cerraba la puerta de su cuarto con llave como solía hacer cuando la castigaba.
La familia soñada
Laura despertó como cada mañana, con apenas 11 años ya había pasado por mas de lo que cualquier chica de su edad, antes de abrir los ojos algo la hizo volver a tras y recordar su vida segundos antes de llegar a lo que seria su nuevo hogar.
-Laura tus nuevos padres ya están aquí apresúrate, yo me encargo de llevar tu equipaje – la directora le sonreía con su rostro emocionado y triste a la vez, como cada vez que adoptaban a uno de sus chicos, los quería a todos como propios.
Suspirando para dejar aquellos recuerdos a tras, si su querida directora supiera la vida que le habían dado sus padres, cuando un grito finalmente la hizo salir de su ensimismamiento.
-Laura Zabini sube en este instante quiero mi desayuno.
-Voy de inmediato hermana,- subía rápidamente las escaleras como cada mañana, su hermana era adorablemente odiosa.
-¿Qué pretendes llamándome así?, si papá o mamá se enteran te azotaran por insolente, yo no tengo una hermana sangre sucia que te quede claro.
- Lo siento señorita-,la discusión de cada mañana, desde que había llegado, la pequeña Pansy había armado un escándalo de proporciones cuando el señor Zabini y la señora Pansy le habían dicho que ella seria quien se encargaría de cuidarla, le parecía aun estar escuchando los gritos de su nueva hermana y a sus padres tratando de calmarla.
-¿Qué? porque una sangre sucia ¿Por qué me castigan así?
- Hija cálmate, además, aun no sabemos si es sangre sucia o no.
-Estaba en un orfanato muggle, ningún brujo respetable, dejaría abandonada allí a su hija.
Blaise comenzaba a molestarse con la actitud de su hija.
-Escucha Pansy Zabini, si imaginas que adoptare a una sangre pura, respetable, para que haga de criada en esta casa, significa que aun no conoces bien a tu padre, y que comienzas a pensar como una traidora de la sangre a la que da igual que un sangre pura este en el puesto de una sangre sucia.
La madre de Pansy se había quedado sorprendida por las palabras de su esposo, decirle a su hija, que se comportaba como una sangre sucia, una traidora.
-Bien, acepto que se quede, pero que no se le ocurra llamarme hermana para ella yo soy la que manda.
Era agotador cumplir cada uno de los caprichos de su hermana, además si no hacia lo que ella deseaba el castigo solía ser bastante desagradable, en ese momento su madrastra hacia su aparición en la cocina.
-¿Qué estás mirando, mocosa?, ¿porque no esta mi desayuno en la mesa?- tomándola del brazo asegurándose de dañarla, y dejarle marcados sus dedos.
- Lo siento señora, estoy casi terminándolo.
Pansy la suelta limpiándose las manos
-Escúchame bien, con mi marido lo hemos hablado mucho y hemos decidido que podrás ir a la escuela este año- al ver la cara de ilusión que ponía su hija adoptiva, –pero al primer error, te iré a buscar y te sacare de allí, y si vas es para ayudar a nuestra hija deberás obedecerla en todo.
Era la primera vez desde que había llegado a ese lugar que se sentía tan feliz.
-No la decepcionaré señora, me comportare- sirviéndole el desayuno.
-Madre porque me tratan así, mis amigos se enteraran que esta cosa es mi hermana, por favor mírala, además ellos la han visto durante las vacaciones, vestida así como el elfo que es, seré el hazmerreír de Slytherin.
El señor Zabini había entrado al comedor y se había sentado en su lugar.
-No lo serás, ella te ayudara ira como una alumna pero ella se encargara de obedecerte, asique dependerá de ti que no te ridiculicé, debes aprender a mandar y creo que es la mejor forma.
-Esta bien papá.
Al fin se alejaría de esa casa, estaría a salvo, no más golpes, no más gritos, no más órdenes.
Un fuerte grito la sacó de sus pensamientos.
-Pero niña tonta, mira lo que haces, me estas quemando.
Laura no se había dado cuenta que ya había llenado la tasa con agua y esta comenzaba a derramarse.
-Lo siento- comenzando a secar.
Pero antes de darse cuenta el señor Zabini la había tomado y la había llevado al sótano de la casa.
-De verdad no fue mi intención señor.
- Ya cállate niña, haber cuando aprendes a hacer las cosas bien.
La había amarrado contra la pared y había dejado a descubierto su espalda dejando a la vista una serie de moretones y cicatrices, Laura comenzaba a gritar tras sentir como el látigo tomaba contacto con su piel una vez más.
Las lágrimas marcaban su pálido rostro mientras la sangre comenzaba a recorrer su espalda.
-No saldrás de aquí hasta el día en que debas partir al colegio, pensare si te dejo comer algo, así aprenderás a no quemar a la gente que te da un techo y con que sobrevivir.
Ya la había desatado, se había quedado sentada en el suelo frío de piedra mientras él cerraba la puerta de su cuarto con llave como solía hacer cuando la castigaba.